Actualmente el contexto social y económico, generado por la crisis sanitaria, está produciendo cambios en los hábitos de consumo que está teniendo fuertes repercusiones en las cifras de ventas de las empresas. Existe un factor claramente identificado que favorece que el volumen de las ventas descienda y este factor no es otro que el confinamiento o la constante amenaza del mismo. En este escenario parece lógico pensar que, si los vendedores no pueden salir a la calle hacer su trabajo, se perderá un porcentaje importante de sus ventas. Debido principalmente a que el éxito en la venta personal se fundamenta en el contacto con el cliente, que permite que este intervenga activamente en el proceso de compra-venta con el fin de satisfacer sus necesidades. Pero, ¿realmente este razonamiento es correcto? ¿no se puede vender al mismo nivel realizando la venta de forma digital?