La gestión de procesos y equipos es una de las partes más complicadas para cualquier empresa. No se trata solo de recursos. La optimización del tiempo, coordinación del equipo, definición de protocolos y la asignación de tareas es un asunto de peso, que requiere de conocimiento, buen criterio y mucho tiempo para su implementación.
La metodología Scrum permite abordar proyectos complejos desarrollados en entornos dinámicos y cambiantes de un modo flexible. Está basada en entregas parciales y regulares del producto final en base al valor que ofrecen a los clientes.
Es una opción de gestión ideal para acometer proyectos desarrollados en entornos complejos que exigen rapidez en los resultados y en los que la flexibilidad es un requisito imprescindible. Scrum ofrece agilidad y el, resultado, siempre, valor.
Qué perfiles intervienen en la metodología Scrum?
Como decíamos, este método no sería posible sin el concepto de “equipo de trabajo”.
Por una parte, tenemos al “Dueño del Producto” (Product Owner) representa la voz del cliente y del resto de interesados no implicados directamente en el proyecto. Este perfil es el encargado de definir los objetivos del proyecto y de garantizar que el equipo trabaja del modo adecuado para alcanzar dichos objetivos.
No está solo. El Scrum Master es el encargado de asegurar que el resto del equipo no tiene problemas para abordar sus funciones y tareas. Guía y ayuda al Scrum Team para garantizar el cumplimiento de objetivos. En otras palabras, este perfil ayuda al equipo a mantenerse activo y productivo.
El ”Equipo Scrum” (Scrum Team) es el equipo encargado de desarrollar y entregar el producto. Su trabajo es imprescindible: estamos hablando de una estructura horizontal auto-organizada capaz de auto-gestionarse a sí misma.
Y, finalmente, tenemos que hablar de las “Partes Interesadas”. Este grupo comprende aquellos perfiles interesados en el producto: directores, dueños, comerciales. Se trata de perfiles que si bien no forman parte del Scrum Team deben ser tenidos en cuenta.
¿Cómo funciona la metodología Scrum?
El proceso comienza con la elaboración de la llamada “Pila del Producto”(Product Backlog). Se trata de un archivo genérico que recoge el conjunto de tareas, los requerimientos y las funcionalidades requeridas por el proyecto. Cualquier miembro del equipo puede modificar este documento pero el único con autoridad para agregar prioridades es el Product Owner, responsable del documento.
La segunda etapa pasa por la definición de la “pila del Sprint” (Sprint Backlog), documento que recoge las tareas a realizar y quién las desempeña. Es interesante asignar las horas de trabajo que va a suponer realizar cada una de ellas y asignarlas un coste. Si su volumen es muy grande, crear metas intermedias será un acierto.
El Sprint es el periodo en el que se realizan todas las acciones pactadas en el Sprint Backlog y supone entregas parciales para ir testeando el producto final.
El ciclo anterior deberá repetirse hasta que todos los elementos del Blacklog hayan sido entregados. Entre los distintos Sprints no se deben dejar tiempos sin productividad.
Todas las acciones que realicemos han de tener un control. Es en el “Esquema de progreso” (Burn Down) donde marcamos el estado y la evolución del mismo indicando las tareas y requerimientos pendientes de ser tratados.
Las reuniones, concretas y trabajadas con anterioridad
¿Quién no ha perdido horas de trabajo inútiles en reuniones poco productivas porque estaban mal preparadas? Esto no tiene cabida en los métodos ágiles. Cada minuto cuesta dinero. Las reuniones han de estar también planificadas, como una parte más de proceso. En este “Reunión de Planificación del sprint” (Sprint Planning Meeting) el “Dueño del Producto” prioriza las tareas contenidas en el Product Backlog.
Con estas tareas en mente se determina el objetivo del nuevo sprint priorizando las tareas a realizar por el Scrum Team y asignando tiempo a cada una de ellas. El objetivo debe ser alcanzable y el equipo sólo abordará un conjunto de tareas asumible.
Diariamente se hace un seguimiento del proyecto en esta reunión en la que se controla el cumplimiento de las tareas asumidas. Quizás has oído hablar de la Daily Scrum, que es el nombre adoptado del inglés. En dicha cita se pactan los objetivos para el día siguiente y se analizan los posibles problemas que hayan limitado o impedido directamente el cumplimiento de los objetivos.
¿Qué ganamos con la metodología Scrum?
Los beneficios son amplios y repercuten en el equipo, en los Stakeholders y en la organización en su conjunto.
Se fomenta el trabajo en equipo, focalizando todos los esfuerzos en alcanzar un objetivo común. Se trata de un modelo basado en la auto-disciplina y la auto-gestión, lo que repercute positivamente en la responsabilidad. Respecto al aspecto comunicativo, esta metodología fomenta la comunicación entre los distintos miembros del equipo.
Los Stakeholders tienen un mayor control y transparencia sobre el proyecto, permitiendo una mejor organización. El cliente puede hacer seguimiento más cercano de lo que pasa, sin tener que esperar a un resultado final que no le convenza. Con las metas intermedias se minimizan riesgos.
En definitiva, la adopción de estas buenas prácticas permite reducir el tiempo de desarrollo de productos, más capacidad de adptación y flexibilidad frente a un entorno y unos requisitos cambiantes aumentando el valor que se aporta a los clientes.
Una empresa que ha sabido adaptarse perfectamente a las metodologías ágiles es Spotify, haciendo especial hincapié en la figura del Scrum Master. Muchas veces contratan un Agile Coach externo con una gran experiencia en el campo para liderar los proyectos. Vemos aquí la importancia de contar con roles especializados que conozcan las metodologías ágiles para llevar un proyecto de este tipo al éxito.