Estamos viviendo una explosión del interés por los métodos ágiles, que se han convertido casi en una moda. Todas las organizaciones quieren ser más ágiles, las consultoras ofrecen asesoramiento experto para la transformación, las certificaciones y cursos se remozan para incorporar la palabra “ágil” y, de repente, en Recursos Humanos aprenden el valor de un scrum master o un product owner por su escasez.
Por definición, las metodologías ágiles son aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto, consiguiendo flexibilidad e inmediatez en la respuesta para amoldar el proyecto y su desarrollo a las circunstancias específicas del entorno.
Lo primero que hay que comprender es que “ágil” no es un método o una receta, sino más bien una filosofía que afecta a muchos aspectos de la forma de trabajo en equipo y que, además, es de aplicación universal no solo para el mundo del desarrollo software, aunque es en este ámbito donde ha proliferado especialmente.
Existen “métodos ágiles”, aunque no son metodologías formales como las que han sido habituales en el mundo de los proyectos y del software. Incluso el más estricto de ellos no deja de ser más que un marco de trabajo (framework) con unas directrices y prácticas. En todos ellos hay muchos grados de libertad en la forma de aplicarlos, por lo que acaba habiendo tantas variantes como organizaciones. A veces divergen tanto que abandonan los principios de la filosofía ágil, y por eso es tan importante el papel del coach para mantener el foco y el pulso, como un entrenador lo hace con su equipo.
Todos los métodos ágiles persiguen la mejora continua y dan máxima relevancia a la comunicación y la calidad, mientras lidian con la incertidumbresobre la base de la flexibilidad y la construcción incremental. Sobre esas bases comunes, cada método aporta sus peculiaridades.
Las metodologías ágiles no son, desde luego, un certificado de inmunidad de cara a la gestión de procesos. No evita los fallos ni los contratiempos. Sin embargo, ayudan a los equipos de trabajo a estar mejor preparados en el momento de afrontarlos. Estas son las herramientas ágiles más empleadas en la actualidad:
- SCRUM
- EXTREME PROGRAMING XP
- KANBAM
- Agile Incepcion
En entradas posteriores trataremos de explicar en qué consiste cada uno de ellos y exponer algunos ejemplos de su uso en el mundo empresarial
Comentarios (1)
En la empresa utilizamos el tablero de control kanbantool.com/es/ , estamos satisfechos, cumple con nuestras expectativas. Es una herramienta de gestión de proyectos que ofrece la visualización del flujo de trabajo. Gracias a dicha herramienta la productividad ha mejorado y sigue haciéndolo. ¡Saludos!