Con la victoria de Sánchez en las elecciones del pasado 28 de abril se ha empezado a despejar el futuro fiscal. De momento, lo que sabemos es que Pedro Sánchez ha trasladado a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad para los próximos cuatro años, de 2019 a 2022, y en él se recoge un aumento de la presión fiscal valorado en 26.000 millones, lo que supone elevar el porcentaje desde el 35,1 por ciento actual del Producto Interior Bruto (PIB) al 37,3 por ciento en 2022, tres décimas más del máximo que lo situó José Luis Rodríguez Zapatero durante su gobierno, a razón de 5.654 millones de euros cada año empezando desde 2020. IRPF, sociedades, patrimonio y la introducción de nuevas tasas a las transacciones financieras y a empresas tecnológicas son las novedades.

José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) cree que de la batería de impuestos que contempla el plan algunos son de difícil aplicación, como es el caso del impuesto a las transacciones financieras por la lentitud de su imposición. «Ya lo contemplaba el ministro de Hacienda del anterior Gobierno, Cristóbal Montoro». A lo que se une el Brexit. «Falta por ver qué hará la sociedad financiera: si se traslada o no fuera de Reino Unido». Aunque Ricardo Perpiñan, secretario general de Asefiget (la asociación de asesores fiscales y gestores tributarios), matiza que igual que hay margen para subidas, «también lo hay para rebajas si se modera el gasto público y se ataja el fraude fiscal y la economía sumergida». 

IRPF

Las rentas altas serán las primeras que sufran esta subida de impuestos. Sánchez contempla una subida de dos puntos para las rentas superiores a 130.000 euros y de otros dos puntos adicionales, en total cuatro, para las que superen los 300.000 euros, lo que permitiría aumentar la recaudación en 328 millones de euros. A pesar de este incremento, el porcentaje de contribuyentes afectados apenas rondará el medio punto y «no mermará su capacidad económica», responde Perpiñán. En cambio, Joan Pons, secretario de EFPA y socio director de LINKServices ETL Global, piensa que si la tributación marginal en el IRPF a tipos que superan el 50 por ciento puede llevar al contribuyente a buscar otras alternativas de inversión. 

Patrimonio

Las grandes fortunas con un patrimonio superior a 10 millones de euros verán como también aumentan los impuestos que abonan. En este caso subirá un 1 por ciento, aunque ya desde Bruselas han advertido que será muy difícil recaudar los más de 300 millones de euros que buscan puesto que se trata de un tributo cedido a las comunidades autónomas, que pueden aplicar distintas bonificaciones o reducciones. Al respecto, Mollinedo recuerda que el 60 por ciento de las grandes fortunas reside en Madrid, donde el impuesto está bonificado. «La comunidad deja de ingresar 800 millones de euros generado por el 0,50 por ciento de la población» explica Mollinedo, que insiste en que las comunidades que opten por esta medida «deberían soportar esta falta de ingresos en pos de la corresponsabilidad fiscal entre regiones». La opinión de Pons al respecto es que se debería «ir hacia una amornización de los tipos a la baja» .

Sociedades

Es un impuesto que ha generado un gran debate acerca del tipo real que abonan las empresas. En teoría, el tipo se sitúa en el 25 por ciento. «Las pymes sí tributan a un tipo del 25 por ciento dado que pueden aplicar pocas bonificaciones, deducciones o reducciones de cuota, sin embargo en las grandes corporaciones, con más ventajas fiscales, el tipo efectivo medio se sitúa entre el 11 y el 13 por ciento»., explica Perpiñán. De acuerdo con el documento del Gobierno el tipo mínimo efectivo se situará para las grandes empresas en el 15 por ciento y en el 18 por ciento para las entidades financieras. Además, se aplicará un gravamen para los dividendos en el extranjero del 5 por ciento, frente a la exención del cien por cien que existe en la actualidad. Estas medidas permitiría recaudar un 1.776 millones de euros, mientras que para las que facturen menos de un millón de euros al año se reducirá del 25 por ciento al 23 por ciento. Desde Aedaf (asociación española de asesores fiscales) insisten en que la principal consecuencia es que «no se podrá rebajar la cuota líquida por debajo de ese porcentaje a pesar de las deducciones que apliquen».

Tasa Tobin

Es otra de las propuestas. Consistiría en «gravar con un 0,2 por ciento las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero, con independencia de la residencia de las personas o entidades que intervengan en la operación, o del lugar en que se negocien». El Gobierno espera recaudar 850 millones de euros. Mollinedo cree que, en esta subida, los grandes afectados serán «los fondos de pensiones y los bancos» y aunque reconoce que se trasladará al minorista. Opinión que comparte el servicio de estudios de Aedaf, quien cree que «este mayor coste será repercutido al inversor final vía comisiones». Sin olvidar que esta medida también puede afectar a la competitividad del mercado bursátil. 

Impuesto tecnológico

Entre otras medidas, también contempla una tasa tecnológica para que las empresas paguen sus impuestos en los países donde se generan y afecta a empresas con ingresos anuales mundiales de al menos 750 millones de euros y que tengan ingresos en España superiores a los 3 millones. Se liquidará trimestralmente y el devengo se producirá por cada prestación de servicios sujeta al impuesto. El Gobierno espera recaudar 1.200 millones al año. «Lo deseable sería que un número considerable de países europeos lo establezca de forma coordinada», concluye Mollinedo. 

Carburantes

En cuanto al impuesto sobre el diésel pretende equiparar el coste del litro con el de gasolina. Su equiparación permitiría a las arcas públicas ingresar 670 millones de euros. Al respecto, Mollinedo recuerda que los profesionales no la sufrirán, mientras que el servicio de estudios de la Aedaf insiste en que será el consumidor final quién soporte la subida, «que no tiene un afán recaudatorio como sí medioambiental».

Fuente: Inversion&finanzas.com

Autor: Cristina Casillas