Vivimos en un mundo que fomenta la especialización, ya sea en el sentido académico o profesional, lo que lleva en muchos casos a vivir en una burbuja que impide que nuestras ideas se nutran de otras realidades.
Si hablamos de mentes creativas y empresa, sin duda Steve Jobs es un referente. Fue creativo porque se abrió a nuevas experiencias: estudió caligrafía, el budismo zen, recorrió la sección de electrodomésticos de cocina en Macy’s, copió los procedimientos de servicio del Ritz-Carlton’s en el diseño de las Apple Store (aunque Genius Bar ofrece consejos, no alcohol). Jobs experimentó el mundo y se basó en esas experiencias para inspirarse y mejorar lo que ya existía. La creatividad, en la mayoría de los casos no es inventar /crear algo nuevo, si no simplemente mejorar algo o incorporarlo a otros usos. La verdadera innovación se produce cuando desarrollas las ideas ya existentes.
Si pensamos en la creación, la mejora de un producto o servicio, por lo general las mejores ideas van a venir de la observación de sectores alejados del nuestro en el que por exceso de cercanía acabamos siendo “miopes” o poco disruptivos. Por mucho que queramos las mejores ideas no tienen un horario de trabajo ni aparecen cuando una quiera frotando una lámpara. La realidad es que aparecen en cualquier momento y lugar, por lo general fuera del contexto laboral.
Humanizar la tecnología
Volviendo a Steve Jobs como ejemplo, sin duda una de las claves del éxito de su “Visión”, fue saber humanizar la tecnología. Desde el primer momento supo que la tecnología por sí sola no era suficiente para crear grandes productos… era necesario el incorporar lo humano, entendido por como usable, sencillo, cercano, cálido…. El matrimonio, tecnología y “artes liberales” fue lo que hizo que Apple explotara.
Vivimos en un mundo que fomenta la especialización, ya sea en el sentido académico o profesional, lo que lleva en muchos casos a vivir en una burbuja que impide que nuestras ideas se nutran de otras realidades. Asimismo, se ha tendido a exaltar la tecnología o ingeniería, creyendo que los trabajos del futuro irán a aquellos que pueden “codificar y construir” en lugar de aquellos que pueden ser creativos, liberales, artistas… la realidad es mucho más simple, el éxito nace del binomio de ambas.
En mi opinión si algo bloquea la creatividad es el estar demasiado familiarizado con algo, pues se tiende solo a buscar ideas en el área de especialización olvidándose de un “mundo” en el que inspirarse.
Conectar ideas para crear experiencias únicas
Ahora que parece estar de nuevo de actualidad Leonardo, merece la pena recordar que si algo lo convirtió en el Genio que hoy todos reconocemos es su feroz curiosidad, navegando a través de las artes, las ciencias, la ingeniería y las humanidades. No distinguió entre ciencia y arte. El genio más creativo de la historia se convirtió en un genio porque vio que todo se conectaba. Así, hoy Da Vinci puede entenderse científico, ingeniero, artista, inventor, anatomista, filósofo, pintor y narrador.
Lo mismo podemos decir de una empresa como Pixar, que es un algoritmo perfecto de ciencia, tecnología, creatividad y, arte, que supo y sabe conectar distintas disciplinas para crear experiencias/películas únicas. El éxito, saber conectar diferentes campos para llegar a ideas, productos o servicios novedosos.
Los genios en muchos casos no nacen de ser mas inteligentes si no de saber conectar ideas de ámbitos muy diferentes. En conclusión, miremos más a nuestro alrededor para inspirar y crear mejores productos y servicios.
Fuente: directivosygerentes.es
Autor: Fernando Barrenechea