Si no sabes lo que es ChatGPT, es posible que no vivas en este mundo
A la AEPD siempre le ha interesado la relación de la IA con la protección de datos personales
¿Te suena ChatGPT?, espero que sí, porque si no, es posible que no seas de este planeta. Tan sólo necesitas mirar las noticias de los últimos meses para darte cuenta que, en los titulares, se repite una y otra vez la palabra «ChatGPT».
¿Realmente es tan peligroso como nos quieren hacer creer? Sinceramente, creo que hoy en día disponemos de poca información para emitir un juicio de valor real.
La información que manejamos sobre esta tecnología es que se trata de una herramienta de chat basado en el modelo de lenguaje por inteligencia artificial (IA), la última versión de GPT es GPT-4, lanzada en marzo de 2023.
Esta herramienta permite desde traducir y redactar textos, a otras tareas como realizar preguntas sobre diversas materias, bien sean legales, filosóficas, literarias, culturales, o de cualquier tipo. El chat reconoce la pregunta y las contesta con amplia información. Pero… ya disponemos de buscadores avanzados que nos permiten adquirir cualquier tipo de dato, ¿dónde está la novedad entonces?, pues muy fácil, ChatGPT, no sólo contesta o recopila información, sino que es capaz de crear textos, escritos, líneas de código, que escriba un guío para plataformas y redes sociales, y, en definitiva, que redacte un escrito para presentarlo en un juzgado, o que cree una obra literaria por ti.
Vale, ahora la cosa cambia.
Esta nueva tecnología aplica a demasiadas materias a la vez, se me ocurre, por ejemplo ¿de quién sería la autoría de la obra creada por parte de una inteligencia artificial como ChatGPT?, casi mejor dejemos este tema para otro artículo…
Pues bien, ahora, parece lógico pensar que este servicio está empezando a levantar muchas ampollas (y preguntas) en diferentes ámbitos de nuestra sociedad.
Inteligencia artificial y la privacidad de los datos
En marzo de este año, Italia saltó a la palestra debido a la decisión que tomaron con respecto al uso o no de ChatGPT, y es que la noticia en cuestión decía «Italia bloquea CHAT GPT, por no respetar la ley de protección de datos» y claro, siendo francos, cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Pon las tuyas a remojar.
Por este motivo, en España, nuestra autoridad de control, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), inició de oficio en abril actuaciones de investigación a OpenAI, que para quien no lo sepa, se trata de la compañía desarrolladora y propietaria de ChatGPT. ¿El motivo?, un posible incumplimiento en materia de protección de datos.
Esta preocupación sobre el ChatGPT por parte de la AEPD no es nuevo, ya que se sabe que la propia AEPD siempre ha estado interesada en tratar temas como la relación entre la inteligencia artificial y la privacidad de los datos, es por ello que ya ha publicado en anteriores ocasiones artículos y guías en relación con el tratamiento de datos personales por parte de la IA y por tanto, no sorprende que con la aparición de nuevos sistemas como el de ChatGPT salten todas las alarmas.
Es más, la propia Agencia solicitó al Comité Europeo de Protección de Datos que incluyera entre los temas a tratar los servicios de ChatGPT, y es que este servicio puede llegar a tener un fuerte impacto en los derechos y libertades de los ciudadanos, y deberían armonizarse criterios a nivel europeo, para poder aplicar de forma óptima el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). La reacción por parte del Comité ha sido la de crear un grupo de trabajo sobre ChatGPT, lo cual nos debería dar ciertas esperanzas tranquilizadoras, en el caso de estar asustados, sobre el enfoque de la privacidad de nuestros datos ante tecnologías emergentes.
Hay quien considera desproporcionadas estas alertas por parte la AEPD o del propio Comité, e incluso a veces se llega a insinuar que lo que buscan es frenar el progreso. Sin embargo, si indagamos un poco más, no se trata de parar o vetar el servicio o el desarrollo de servicios de inteligencia artificial, si no de intentar adecuar la realidad tecnológica hacia la que vamos inexorablemente, a la protección de la privacidad de las personas mediante los instrumentos que actualmente existen.
La inteligencia artificial está aquí, ha venido para quedarse, y servicios como ChatGPT van a ir surgiendo cada vez en mayor escala, lo que implicarán nuevos retos y debates a nivel ético y legal. Pues bien, animo a todos a empezar a asumir los retos, pues todo avance trae consigo demonios y ángeles, pero como bien dijo Tennessee Williams «si matas mis demonios, también morirán mis ángeles».
Fuente: Actualidad Jurídica Aranzadi
Autor: Marta Seminario