Cuando los empleados utilizan dispositivos fuera de la protección de la oficina, se puede poner en riesgo la información sensible de la compañía. Pero, a la vez, el teletrabajo gana más fuerza cada día, las empresas son conscientes de la necesidad de conciliar y de los beneficios de los horarios flexibles. Entonces, la cuestión es: ¿cómo estimulamos el teletrabajo sin poner en peligro la información del negocio? La clave está en la educación en ciberseguridad de los empleados y en el uso de equipos con medidas de seguridad incorporadas de fábrica y pensados expresamente para el teletrabajo.
Para que las empresas accedan a que sus empleados teletrabajen de forma segura es imprescindible que exista un protocolo que establezca cómo actuar. Una de las prácticas más habituales es el uso de escritorios remotos y conexión a una red VPN. Esto facilita que el trabajador pueda acceder a su equipo desde casa y también que tenga acceso a una red segura donde todo el tráfico que se genera mantiene la confidencialidad de la información. Permite al empleado conectarse directamente con el servidor de la empresa en el que se almacena la información, de la que se hacen copias de seguridad de forma automática, evitando una posible pérdida de información. Pero esto tiene que traer de la mano la concienciación de los trabajadores para mantener sus contraseñas seguras y evitar conectarse a redes wifi (sobre todo si son redes abiertas).
Otro de los puntos a los que los trabajadores tienen que prestar atención es al tipo de navegación que hacen por la Red. Especialmente a los enlaces sospechosos y las páginas fraudulentas que se hacen pasar por webs oficiales para conseguir los credenciales de los usuarios. Esta técnica, conocida como phishing, consiste en hacer copias exactas de páginas reales para engañar al usuario y hacer que ponga sus datos personales de acceso. Si facilitas tus datos como trabajador a una página fraudulenta, estás abriendo la puerta de la información más sensible de la compañía de par en par.
En este aspecto pueden ser de ayuda los dispositivos que ya incorporan herramientas de serie pensadas para proteger la información de los usuarios. Lo que hacen estos sistema es aislar las amenazas en el navegador antes de que infecten el portátil. Cuando un usuario abre una ventana en cualquier navegador web, cada sitio visitado activa la herramienta. Es una forma de proteger la información de forma automática.
También es clave no olvidar lo más básico: elegir y proteger bien las contraseñas de acceso. Nunca está de más recordarlo, ya que año tras año la contraseña más utilizada sigue siendo 123456. Una de las principales amenazas a la ciberseguridad de una compañía son los malos hábitos de sus trabajadores: tener contraseñas simples o no instalar las actualizaciones son solo dos ejemplos. Abandonar el dispositivo encima de la mesa sin supervisión es otro.
Pero incluso cuando estás utilizándolo las miradas indiscretas sobrevuelan tu escritorio. Hay curiosos en la mesa de al lado mientras tomas un café y te pones al día con las tareas. También los hay en el asiento de al lado del avión o viajeros que van de pie en el metro y sienten una curiosidad irrefrenable por tu pantalla.
Con estos elementos, las empresas pueden seguir sumándose a la tendencia del teletrabajo manteniendo niveles de seguridad similares a los que tienen los empleados en las oficinas. Esto les puede ayudar a tener las ventajas del trabajo a distancia, que ya ha demostrado mejorar la productividad. Las investigaciones realizadas hasta la fecha resaltan los beneficios de esta tendencia y aseguran que trabajar un día o dos a la semana desde casa aumenta la motivación y la productividad de los empleados, además de su bienestar al reducir el estrés por los desplazamientos a la oficina y las dificultades para conciliar
Fuente: Retina.elpais.com