España es uno de los países de la UE que menos invierte en I+D+i en porcentaje del PIB, 1,41% en 2020 (último dato oficial  disponible), siendo 2,32% el porcentaje medio invertido en Europa.

La inversión en estas actividades es determinante en el desarrollo económico de un país si consideramos que su correlación con la  competitividad de la economía y con la productividad del trabajo es elevada.

Sin tener en cuenta los incentivos fiscales, en 2021 el 56,2% del gasto en I+D+i lo realizan las empresas, el 26,6% la enseñanza  superior y el 16,9% la Administración Pública, aunque ese porcentaje sería más elevado si consideramos que la enseñanza superior  es financiada en más de un 71% por las Administraciones Públicas. Resultando, en este caso, los siguientes porcentajes: Empresas 50,3%; Administración pública 37,5%; IPSFL 0,9%; Enseñanza Superior 4%; y resto 7,4%.

Por sectores, el que más apuesta por la innovación, con los últimos datos disponibles, ha sido el de la industria.

En lo que se refiere al incentivo en el Impuesto sobre Sociedades, consistente en las deducciones por estas actividades,  complementado con la posibilidad de amortizar libremente los activos afectos a las mismas, se puede calificar como potente, al  menos desde la literalidad de la normativa, aunque su efectividad, a pesar de las mejoras que se han ido sucediendo, está lastrada  por los límites cuantitativos y requisitos establecidos.

No obstante, según el estudio realizado por la AIReF, el incentivo fiscal alcanza el objetivo de fomentar la inversión,  incrementándose ésta en 1,5 euros por cada euro de deducción.

Vemos difícil que en 2027 se alcance el objetivo que nos hemos marcado (Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e  Innovación 2021-2027) de que la inversión en I+D+i llegue al 2,12% del PIB porque el incremento anual, según COTEC, tendría  que ser superior al 12% y por la política monetaria restrictiva para luchar contra la inflación que todavía puede durar algunos años,  salvo que se priorice este tipo de inversiones. 

¿Qué es I+D+i?

 Es importante diferenciar el significado de las distintas siglas que conforman el I+D+i. El primer concepto, investigación, consiste en el empleo de recursos materiales y humanos para la obtención de nuevos conocimientos. Dentro de la investigación se debe diferenciar entre investigación fundamental y aplicada.  La primera no se realiza con ningún objetivo específico concreto, más allá del puro y muy necesario avance del conocimiento científico, aunque, como es lógico, posteriormente esta información puede resultarnos útil. La aplicada, en cambio, parte de un problema específico cuya solución no existe o es mejorable, y se apoya en los conocimientos de la investigación fundamental para encontrar la solución más eficiente posible.

 A continuación, tenemos el desarrollo. Una vez la información obtenida en la fase de investigación llega a unos resultados con cierto grado de aceptación científica, se procede con la fase de desarrollo, en la cual se busca convertir esos nuevos conocimientos en realidades prácticas que solucionen un problema o mejoren la realidad actual.

Por último, la innovación. En este caso, en vez de usar recursos para obtener nuevos conocimientos, se busca invertir conocimientos que permitan generar recursos (dinero), ser más productivos, eficientes, etc. En definitiva y simplificando, consiste en adaptar lo obtenido en los procesos de investigación y desarrollo a productos y servicios que puedan ser comercializados, o implementar nuevos procesos desarrollados que optimicen la actividad.

A título de ejemplo ilustrativo podemos citar una publicación del Banco Santander1 que nos puede resultar útil para su mejor comprensión. Así, el proceso de investigación podría ser  descubrir el funcionamiento de las ondas electromagnéticas de  radio de alta frecuencia; el desarrollo sería que, a partir del  conocimiento de que las ondas de radio de alta frecuencia se  pueden utilizar para calentar alimentos y líquidos, se comiencen  a desarrollar tecnologías o métodos para ello; y, por último, la  innovación sería crear un dispositivo, en este caso un  microondas doméstico, a partir de esas tecnologías  desarrolladas, con el objetivo de ponerlo a disposición de la  población y obtener un rédito económico. 

Comparativa de inversión en I+D 

A continuación, vemos un gráfico que muestra la evolución de la inversión  realizada en I+D por España y varios países  europeos. Como podemos observar, España ha sido el país de la UE que menos porcentaje del PIB ha invertido en I+D en los últimos dos años, con tan solo el 1,41% en 2020, lo que supone un gasto de 15.768,13 millones de euros. España es, además, comparativamente, el país cuyo porcentaje de inversión ha crecido menos en los últimos años.  El que más invierte es Suecia, con un 3,53%, seguido de cerca por Bélgica, que ha crecido exponencialmente en los últimos años, pasando de un 2% en 2009 a un 3,48% en 2020. En ese grupo de alta inversión encontramos también a Austria y Alemania y,  algo más abajo, con una inversión similar a la  media europea, Francia.   

 

EVOLUCIÓN DE LOS TIPOS DE INTERÉS

 

Fuente: https://datosmacro.expansion.com/tipo-interes/zona-euro 

Es destacable que los países del sur de Europa invierten una proporción claramente inferior al resto, siendo en 2020 la inversión media de la Unión Europea del 2,32%, y la de España, Portugal, Italia y Grecia del 1,51%.  Debemos tener en cuenta que, en 2020, debido a la pandemia, la inversión real de la mayoría de estos países se ralentizó considerablemente, pero al reducirse el PIB también este año, la ratio no se vio tan afectada. En el caso de España, la inversión real tan solo aumentó en un 1,26%, cuando lso años anteriores venía aumentando entre el 4 y el 6%. 

Estructura de la inversión en I+D+i en España 

Analizaremos, para el caso de España, cómo se distribuye la inversión en I+D entre las distintas instituciones. En el gráfico que mostramos a continuación, observamos que el mayor porcentaje del gasto total, con un 56,2% en 2021, lo realizan las empresas. Después, encontramos la enseñanza superior con un 26,6%, seguido de cerca por la Administración Pública con el 16,9% del gasto total. Por último, y con un valor residual, encontramos las Instituciones Privadas Sin Fines de Lucro, cuyo dato en 2021 es del 0,3%. 

EVOLUCIÓN DEL GASTO INTERNO EN I+D POR SECTORES DE EJECUCIÓN 

  Fuente: Elaboración Servicio de Estudios Consejo General de Economistas a partir de datos del INE   

No obstante lo anterior, si tenemos en cuenta que en 2021 el gasto de  Enseñanza superior –que lleva aparejado la apuesta por la  investigación y no solo la formación– ha sido financiado en un 71,5%  por fondos de las Administraciones Públicas, y distribuimos el origen  de los fondos, los porcentajes quedarían como siguen: un 50,2% por  parte de las empresas, un 37,5% de las Administraciones Públicas, un  4% por parte de la Enseñanza Superior, un 0,9% de las Instituciones  Privadas Sin Fines de Lucro y, por último, un 7,4% procedente del  resto del mundo.  Además, debemos tener en cuenta que, siguiendo el Manual de  Frascati2, las deducciones en los impuestos personales (Renta y,  fundamentalmente, Sociedades), que son incentivos para la inversión en I+D establecidos por la Administración, llevadas a cabo en el  pasado, se consideran fondos internos de las empresas, dado que no  necesariamente van a ser utilizadas para financiar I+D en el periodo  de referencia actual, por lo que el peso real de los costes para la  Administración en este punto es incluso mayor del indicado.   

Estrategia de Ciencia, Tecnología e Innovación

España se ha impuesto el objetivo de que el porcentaje de I+D sobre  el PIB, para 2027, alcance el 2,12% según la Estrategia Española de  Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027 para facilitar la  articulación de nuestra política, en este punto, con el programa marco  de ciencia e innovación de la UE, Horizonte Europeo (2021-2027).  En el informe de COTEC se calcula que la inversión real tendría que crecer un 12,7% anualmente hasta 2027 o, en otras palabras, duplicar   la inversión actual, para poder cumplir el objetivo.  Teniendo en cuenta, además, que el dato de 2021 se ha visto  amplificado en buena parte gracias a los fondos Next Generation, los cuales buscan promover, en gran medida, este tipo de inversiones, que  en la actualidad se están llevando a cabo políticas restrictivas para  combatir la inflación que perjudican a la inversión y que, en el año  2021, ocurrió el efecto contrario al de 2020, que la inversión real  aumentó en términos absolutos (de 15.768,13 a 17.249,25 millones  de euros) pero el PIB lo hizo también, por lo que la ratio se mantuvo  casi inmóvil (de 1,41% a 1,43%), concluimos que va a ser muy difícil  alcanzar el mencionado objetivo del 2,12% de inversión sobe PIB.

Fuente: Extraido del estudio I+D+i: breve análisisconceptual y coyuntura elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas (21/07/2023)