Antes de que las manipulaciones, fake news y violaciones de la privacidad de todo tipo hagan de la Web un lodozal pantanoso e impracticable en el que navegar, pasarlo bien y hacer negocios, la World Wide Web Foundation y Sir Tim-Berners, creador de la 'World Wide Web', en persona quieren conseguir el compromiso de gobiernos, empresas, organizaciones y personas para que esto no acabe como una tenebrosa distopía.

La mitad de la población mundial aún no cuenta con acceso a la web. La otra mitad, la que disfruta de internet en todo su esplendor, carga con muchos riesgos a sus espaldas cuando deciden adentrarse en la red: privacidad, seguridad, salud y democracia.

El objetivo con el que se creó la World Wide Web se ha -casi- cumplido: unir a la gente y hacer que el conocimiento fuera accesible para todos y todas. Y es que, el mundo ha cambiado mucho -para bien- desde que viera por primera vez la luz la primera web creada por Tim Berners-Lee en los ’90. Aún así aún quedan pasos que dar para que el planeta entero disfrute de sus ventajas y de manera segura y responsable.

Por este motivo el creador de la web Tim Berners-Lee se ha unido con los representantes de más de 80 organizaciones para redactar ‘El Contrato para la web’ que establecen los compromisos que deben guiar las políticas digitales.

El Contrato Para La Web es «un plan de acción global para que nuestro mundo en línea sea seguro y empoderador para todos y todas»:

La Web se diseñó para unir a la gente y hacer que el conocimiento fuese accesible para todos y todas. Ha cambiado el mundo para bien y ha mejorado la vida de miles de millones de personas. Sin embargo, todavía hay muchas personas que no pueden acceder a sus ventajas y muchas otras para las que la Web supone un coste demasiado elevado.

Todos tenemos un papel que cumplir a la hora de salvaguardar el futuro de la Web. Los representantes de más de 80 organizaciones redactaron el Contrato para la Web en nombre de gobiernos, empresas y la sociedad civil. En él se establecen los compromisos que deben guiar las políticas digitales. Con el fin de alcanzar los objetivos del Contrato, los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y las personas deben comprometerse con el desarrollo sostenido de dichas políticas, así como con la defensa y la implementación de este texto.

Antes de que las manipulaciones, fake news y violaciones de la privacidad de todo tipo hagan de la Web un lodozal pantanoso e impracticable en el que navegar, pasarlo bien y hacer negocios, la World Wide Web Foundation y Sir Tim-Berners Lee en persona quieren conseguir el compromiso de gobiernos, empresas, organizaciones y personas para que esto no acabe como una tenebrosa distopía.

El texto completo está disponible en castellano y son 13 páginas con 3 principios para cada uno de los 3 actores: gobiernos, empresas y ciudadanía:

  • Los gobiernos tienen que (1) asegurarse de que todo el mundo pueda conectarse a Internet, (2) que la totalidad de Internet esté disponible en todo momento y (3) respetar y proteger los derechos básicos de las personas sobre sus datos y su privacidad en la red.
  • Las empresas tienen que (1) hacer que Internet sea asequible y accesible para todo el mundo, (2) respetar y proteger la privacidad y los datos personales, con el fin de generar confianza en la red y (3) desarrollar tecnologías que promuevan lo mejor de la humanidad y contribuyan a mitigar lo peor
  • La ciudadanía por su parte tiene que (1) crear y colaborar en la Web para que tenga un contenido rico y relevante para todos, (2) construir comunidades sólidas que respeten el discurso civil y la dignidad humana y (3) luchar por la Web para que la Web siga siendo abierta y un recurso público global para las personas de todo el mundo, ahora y en el futuro.

Se puede leer en línea o descargar con más detalles aquí:

Cualquier persona razonable diría que estos principios son muy de sentido común y se podría decir que recogen el espíritu original que guió el origen de Internet, respetan los derechos humanos y promueven la igualdad y el desarrollo futuro. Como siempre habrá países, organizaciones, empresas y personas que maticen lo que son esos derechos, qué quiere decir exactamente «lo mejor» y «lo peor» de la humanidad y donde están muchos límites –como los de la privacidad, la confianza y la relevancia, por no hablar de la dignidad humana. Tampoco se habla de qué sucederá con quienes no quieran adherirse o pongan trabas a quienes traten de cumplir con este compromiso. Pero todo eso, como suele suceder en la Red, se irá viendo según se vaya avanzando.

Fuente: microsiervos.com