Seguramente muchos piensen que quizás estoy banalizando una preocupación de gran relevancia y trascendencia, pero la realidad que se percibe es que la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, incluso los profesionales independientes, no saben por dónde empezar este proceso de transformación digital. La mayoría de nosotros comprendemos la situación, entendemos la relevancia que tiene la evolución tecnológica. Entendemos los grandes cambios, en el comportamiento de los usuarios y clientes, que está provocando este bombardeo tecnológico. Pero todos, en mayor o menor medida, no sabemos cómo empezar a tener una actitud proactiva en relación con el asunto y como proponernos un plan de trabajo para afrontarlo.

Aquí realmente podríamos recurrir a cualquier libro de ayuda sobre la gestión del cambio, cómo salir de la zona de confort, cómo planificar e introducir nuevos hábitos en nuestra rutina, o simplemente cómo afrontar un nuevo gran objetivo vital.

Mi recomendación es sencilla, y se basa en realizarse varias preguntas, que se deben contestar de forma sincera, sin adornos, evitando el sesgo de Auto-Halo sobre nuestras capacidades

y conocimientos, aceptando de forma socrática esa máxima de “un hombre honesto es siempre un niño”. Debemos enfocar la transformación digital como lo hace un niño, que se permite descubrir y aprender cosas nuevas, tener la mente abierta a recibir nuevas informaciones y admitir que lo que se creía cierto no lo es. Quizás este es el mejor enfoque que se pueda recomendar: Mentalidad abierta y aprendizaje. Con estos dos cambios de actitud es probable que cualquier profesional sea capaz de construir una hoja de ruta coherente para afrontar la transformación digital.

¿Y POR DONDE EMPEZAMOS? PUES POR EL PRINCIPIO.

La primera de esas preguntas a realizarse sería: ¿Cree que la tecnología puede ayudarle a mejorar de forma significativa los niveles de desempeño en su organización/labor profesional? Si la respuesta a esta pregunta es “no”, o “no lo sé”, es probable que necesite seguir realizando labores de autodescubrimiento sobre las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías en cualquiera de sus ámbitos. Puede ser seguir leyendo artículos, documentándose, leyendo casos de éxito y ejemplos de buenas prácticas, que probablemente, le ayuden a tomar una decisión más positiva sobre la transformación digital.

Si la respuesta ha sido “Sí”, creo que esta en el camino correcto, pero también recurriendo a nuestro amigo Sócrates: “Cualquiera que sostenga una opinión verdadera sobre un tema que no entiende es como un hombre ciego en el camino correcto”. Creo que esta, es justamente la imagen que muchas organizaciones, ejecutivos y profesionales sienten. Saben que están en el camino correcto, interpretan de forma acertada todas las señales que están recibiendo del mercado, de la competencia, de las organizaciones líderes, de los contactos de LinkedIn… saben cuál es el camino, pero todavía no saben cómo recorrerlo. Como decía nuestro amigo Morfeo en la película Matrix “Es diferente conocer el camino, que recorrer el camino”.

En el fondo, esta situación se asemeja a esos propósitos de año nuevo, como aprender inglés o hacer deporte, que solo se realizan cuando contamos con apoyo externo como un profesor o un entrenador personal.

El mundo de la tecnología actual es tan sumamente intrincado que diseñar la forma correcta de afrontar el proceso de transformación digital se convierte en un proceso complejo y difícil

de arrancar si no cuenta con la experiencia y perfiles adecuados.

Por ello, ¿ha pensado alguna vez en solicitar un diagnóstico a alguna empresa especializada? Una evaluación experta e independiente de su situación de partida y un posible plan de acción específico para su firma no le supondrá un desembolso relevante y le motivará a salir del “aletargamiento” mejor que cualquier curso, charla, libro o artículo. Sabrá con precisión a que se enfrenta, los beneficios que podrá obtener, los plazos estimados y el coste económico que tendrá que afrontar si lo lleva a cabo… o si no lo hace.

Nunca antes había sido tan necesaria la figura de la “Segunda Opinión”. Cada empresa, cada organización, cada profesional, cada persona tiene sus propias necesidades, objetivos

de negocio, fortalezas y debilidades, capacidades y conocimientos. Las soluciones estándar a un problema complejo multivariable con infinitos puntos de partida diferentes es imposible de estandarizar. La recomendación es buscar un buen socio, asesor, amigo que sea capaz de ayudarle a estructurar una hoja de ruta completamente personalizada y en la que usted se sienta representado, tanto en la foto de partida como en el destino final.

Además, los proyectos de transformación digital, son perfectos para organizarlos mediante una aproximación sucesiva, acomodando esfuerzos a retornos esperados. No en vano, el proceso de transformación digital es permanente no se acaba nunca, al menos mientras la velocidad de aparición de nuevas soluciones tecnológicas siga así. Dado que estas soluciones son cada vez más económicas (o incluso gratuitas)

Fuente: News REA Auditores

Autor: Sergio Mnzanedo Velasco (Gerente de Transformación Digital, Tecnologías de la Información y Consultoría. PKF Attest)